miércoles, 22 de diciembre de 2010

7 y 9

Volví la cara.
Volví a mirarme en aquel espejo que durante tantos años se había ido guardando todas mis ganas en forma de churrete. El vapor ya sólo sabía dibujar tu nombre.
Y mi lengua se trababa en la primera sílaba.
No puede ser.
Borré todo rastro de incredulidad con la palma de mi mano; como el que no quiere la cosa, casi corriendo, pero sin prisa, salí de allí.
Conté ocho pasos hasta mi habitación.
Te juro que lo hice sin querer.
Ocho. Joder.
Me encendí un cigarro, de los de la hora hiperactiva, y movida tan sólo por la inercia que me supones desde que existes encendí los altavoces.
Había dejado correr la lista de reproducción mientras me ausentaba. Tan normal en mi como verme llegar a estas horas y no tener mejor tarea que hacer que actualizar esto.
Sonaba esa canción. Qué bien se nos da siempre cambiar las letras... Tenemos mejores historias que contar.
Si es que ya sabemos lo que pasa con el tiempo entre tú y yo... Más que sumar horas y restar minutos, a nosotras lo que más nos gusta son sus canciones.
Ahora buscaré la nueve. Mi nueve, claro. No podía ser de otra manera; no contigo.
Tú eres quien conoce Orión, tú eres la risa que me da por las mañanas.
Y mira que me ha costao trabajo encontrarte... Y digo lo de encontrarte por decir algo. Porque te tuve dibujándome corazones en el espejo más tiempo del que merecía.
Dudé de mi. Millones de veces al día, intermitente... Dejé caer los brazos un poco, supongo. Y agoté aquello del qué dirán de ti y de mi...
Dudé de ti. Dudé que pudieras quererme tanto... (iba a poner un "como" detrás, pero me ha sido más que suficiente así...).
Y entonces empecé a recapitular. A echar la vista atrás... y sólo recordarte entre sonrisas y abrazos y un himno siempre de fondo que tarareaba algo así como "quiérete un poco más y cuídateme esa alma".
Y se me hinchó el corazón. Literal. Visceral. Se me rajó de abajo hacia arriba, que es como duele más. Porque lo entendí todo.
Que yo soy tu siete.
Que tú... que tú eres mi nueve.
Que seguirá habiendo cosas que nadie entenderá. Y ése es sólo un motivo de entre infinitos que hace que tú y yo no seamos normales.
Que para qué gastar más palabras... Cuántos silencios nos han confirmado taaaaantas cosas... Y cuántas voces no hicieron si no callar!!
Qué te voy a decir yo de cómo está el tema, nenita, si tú lo sabes mejor que nadie...

:)


Estoy feliz. Por muuuuchas cosas!!! Buen día para tod@s; yo dormiré poquito pero siempre merece la pena! Ojalá pillemos todos un pellizquito, que nos va a alegrar las navidades y a lo mejor a algun@s hasta la vida :)
Suerte!
Namaste.

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