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No hay peor ciego que el que no quiere ver.



Ni peor cuento que el que es de mentira.
No hay peor engaño
que el de serle fiel
al tiempo.
No hay peores cuernos
que los de la soledad.
Ni mayor desastre
que el vaso medio lleno,
ni peor cara que la oculta.
No existe vergüenza mejor
que la de no sentir;
ni ocurrencia más genial
que seguir alimentando de sueños
mentiras con las piernas cortas.
Y si vienes a contarme
que quieres que me duerma
escuchando voces de tu boca
recordándome cuántos cuentos has vivido...
Y si quieres que me pierda
mientras buscas en tu mente
las respuestas a mi pregunta...
Si necesitas una fecha,
unos números que sentencien en fin
esta reyerta de noches y día...
No voy a ser yo
la que lo inventa.
No seré yo quien escriba
cada noche
versos de primavera para ti.


Hace días que hay tormenta. Noches llenas de luna triste; días que amanecen por la mitad y no me contentan.
Versos a medias que recuerdan que mi musa está enfadada conmigo.
Qué hago... si es que no entiendo nada...

Creo que hoy es el día de llegar a muchas conclusiones. Y de agradecer todo lo que ha pasado hasta ahora para que por fin me haya dado cuenta.
Gracias.
Y gracias, también, a todos los que habéis ayudado a que esto sucediese, para bien y para mal.