domingo, 23 de agosto de 2009

He aprendido con el paso del tiempo, que lo bueno es lo más corto... lo que suele faltar, lo que escasea.
Que la calidad no se regala... que no se regatean los buenos precios, los que valen de verdad.


Durante mucho tiempo, pagué un alto precio por errores, por excesos, por locuras que una comete cosida a la inmadurez y al desengaño.
He visto pasar por mi vida cientos de personas que ahora son poco menos que ceniza. En muchos sentidos.
El 2009, me dijeron, sería un año de cambio para mi... el año de la transición de mi vida, de mi metamorfosis...
No supe entender cuánta razón tendrían aquellas palabras mal pagadas. Y si ahora me paro a pensar y retrocedo la vista unos cuantos meses, me sorprende dónde estaba y dónde estoy... y, lo mejor, me inquieta dónde estaré y de una manera más que positiva.
Ya tocaba volver a levantar el vuelo y dejarle bien clarito al mundo que a mi no me frena nada, que no me para nadie!
Y que, dejémoslo claro de una vez, no me arrepiento de nada.
Soy quien soy, soy lo que soy por cada uno de mis actos, por cada pensamiento y por cada manera de mirar al mundo en cada instante de mi vida.

Me quedan días... poco más de unas semanas para abrazar mi tierra con fuerza y darle el "hasta pronto" que ella se merece.


Mientras tanto, y entre maletas y kilómetros a la espera, cogeré muchas manos y besaré muchas mejillas.
Mientras tanto, sonreiré con fuerza y le guiñaré un ojo a ese destino que me mira de reojo cada vez que le planto cara.


"Tu corazón es libre; ten el valor de hacerle caso". J.Wallace


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