Al final

La magia? Ya nadie se la cree. Y casi todo el mundo la escribe entre paréntesis o entre comillas. O seguida de un guión. Tres puntos y una mentira.
Qué bien suenan de tu boca... que todos se la creen.
Tengo esa deuda pendiente de la espera. Y no me quedan monedas sueltas de cordura
para pagarme el tiempo que he perdido.
Habrá que cambiar el cedé y jugar una nueva partida.
Al final tuve que darles la razón a todos esos que se reían entre humo y neones.
Al final tuve que pagar la última ronda y salir de aquel limbo entre dientes y casi de puntillas.
Al final terminé por sentarme en un escalón y dejé que me dieran las seis de la tarde.
Al final tuve que comprenderlo.
Y dejar de imaginar... con lo que a mi me gusta.
Al final... me di cuenta de que no se me dan bien las deudas de palabras, porque al final termino por inventar(las) para completar los momentos...
Y eso que a mi me tiran los impares... pero si la cosa no está en par, como que cojea...
Al final todo lo que escribía tenía ese sabor a café del "te lo dije".
Y en medio de toda esa tormenta de invenciones, suposiciones y simples emociones con aspiraciones ficticias quise darme cuenta de todo.
De que la magia no se escribe. De que los cuentos no emocionan. De que la música últimamente me suena mejor en las manos que en los labios. De que calladita estoy tan mona...
Al final tuvo que pasar.
Ya te lo dije.