martes, 23 de marzo de 2010

La chica del 9

Mientras me pienso si sí o si no se me acaba olvidando qué cojones hago aquí.
Y en mi teléfono móvil vuelve a haber llamadas perdidas a altas horas de la noche... En esos momentos en los que hubiese deseado más que nunca que no tuvieses sueño.
El mundo insiste en ponerme a prueba. O a lo mejor soy yo misma y es que no me termino de dar cuenta.
Qué más da.
Es lo de siempre.
Yo estoy y tú te has ido.
Tú quieres que me aguante... y yo quiero que te dejes.
Querer queremos las dos y si la intención es lo que cuenta, llevamos por bandera la dicha de un dios.
Qué grandes somos, cuando queremos.
Queremos... mierda... otra vez.
Va a haber que llenar de oxígeno el tanque... que si me deja de llegar al cerebro al final terminaré por inventarme el final de la historia entre alucinaciones y desvaríos espontáneos.
Habrá que sujetar bien los remos de la barca por si en una de las embestidas perdemos el norte... que al menos podamos "llegar" al oeste... El sur y el este no me sientan bien para dormir.
Vas a tener que buscarte una cantimplora y llenarla con todas tus mejores virtudes; para que de perderte en el desierto, haya algo que te recuerde de manera constante qué eres y qué necesitas.
Vas a tener que tatuártelo si eres de mala memoria.
Qué haré yo?
Había pensado en coger el coche y buscar un sitio digno de perderse sin querer.
Qué grandes búsquedas salieron de pequeños encuentros.
Y qué fortuitas suelen ser las dos de la mañana.
Y qué necesidad tan inmensa e intensa tengo esta noche entre pecho y espalda.
Habrá que dormir al corazón... que es lo que queda en medio. A ver si así se calla el alma.
Habrá que callarse mientras... y si el tiempo me/nos falla, seguir mordiendo las palabras con miradas casi a oscuras que nunca me resuelven el problema.
Suma y sigue.


Y yo... y tú...
Pero sobre todo yo...
Con las ganas.
Porque no dejo de pensar,de sentir y de saber que tú eres la chica del 9.


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