jueves, 24 de junio de 2010

Hablemos de nada

No hay lugar a dudas.
Se me está yendo la cabeza.
Desconexión inmediata.
Se me rompe el corazón
con cada paso que doy
paralelo a tus labios.
Quiero dormirme y no sentir más nada.
Quiero dejar de vivir(lo)
y que no me pese en la mirada
caminar alejándome de ti.
Me estoy rompiendo en cachitos
y no sé dónde los voy dejando.
Y a quién le regalo
las entradas de mis versos...
y a quién legamos
la suerte de llegar
y no encontrarse nada?
Vaya historia,
la de no poder contarle a nadie
más de lo que se imaginan.
Que no... que no...
Que no te flipes.
Nadie piensa nada.
En verdad, todos se ríen de mi. De que espere sin más lo que nunca llega.
De que aguarde a la sombra el premio del primero sin ni si quiera correr la maratón.
No me dejas.
No me importa.
Llegará mi momento, a lo mejor. No contigo pero llegará.
Yo qué sé.
Mira qué hora es y yo aquí sentada pensando en cómo hacer, en desaparecer sin decir(te) más nada.
Qué pena... pisarle al coche en las mismas rectas y no llegar a ninguna parte. No estrellarme con ningún muro en el que partirme la cabeza y así dejar de pensar.
Voy a empezar por mirarme la espalda y repasarme ese tatuaje en espiral que me cantaba por las noches, siempre, la misma nana.
Que no. Que no.
Que pierdo el tiempo aguantándome las ganas de ser contigo.
Que no vale.
Que está todo perdido.
Quiero dormirme y que todo pase. Despertarme. Que sea mañana y el cuadro cambie los colores. Y que el lienzo sea diferente.
Gonna dissapear.
Sí, eso. Sin más.

(( Siento no saber ganar(te). Siento no haber sido lo que querías, o lo que necesitabas, o lo que pretendías. Siento no haber llegado a suficiente, más por ti que por mi... Lo siento todo, tanto... ))


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